Mateo 11:28-30
“Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Con cada nuevo año que comienza, es natural desear cosas mejores, especialmente cuando el pasado ha estado lleno de presiones. Es a los confundidos, desconsolados, cansados y exhaustos a quienes la promesa de descanso de Jesús les suena más dulce de todas. A ellos, Jesús les dice: “Venid a mí”.
Jesús hace nuestras cargas más fáciles y ligeras porque
Su yugo nos ayuda a soportar el peso.
Cuando Jesús dijo: “Mi yugo es fácil y mi carga ligera”, ¿qué quiso decir? En los tiempos bíblicos, los bueyes estaban unidos entre sí para compartir la carga mientras araban. Los yugos de madera eran cuidadosamente tallados para garantizar un ajuste y distribución adecuados del peso. De manera similar, Jesús elabora las cargas de la vida que nos impone, pero al asumir su yugo, garantizamos que nunca las llevaremos solos. Jesús hace más fácil y liviano nuestra carga porque su yugo nos ayuda a soportar su peso.
El yugo de Jesús era la obediencia a la voluntad del Padre. El descanso nos llega de la misma manera que llegó a Jesús en la tierra, mediante la sumisión al Padre. Pero los problemas entran en nuestras almas cuando no conocemos la voluntad de nuestro Padre celestial o la resistimos abiertamente. Acércate a Jesús y camina en la voluntad del Padre.
Habrá poco descanso para aquellos que se niegan a someterse y obedecer en medio de las dificultades. “Pero es difícil”, podrías argumentar, y a veces es verdad. En esos momentos debemos clamar: “Enséñame a hacer tu voluntad” (Salmo 143:10).
¿Necesitas descanso hoy? Jesús es quien lleva tu carga. Ven a Él. Y una vez allí, determina llevar el yugo que Él ha hecho a medida para ti.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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