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Colosenses 1:27

“A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.”

La vida está llena de misterios. Para mí, uno de los más importantes es la santificación, la obra del Espíritu Santo de conformar a los creyentes a la imagen de Cristo. Es fantástico cómo el Espíritu obra para que seamos más de la naturaleza de Jesús y podamos vivir Su naturaleza a través de nosotros. Es un proceso que dura toda la vida y que, según la Biblia, comienza en un instante.

En el momento en que entramos a la familia de Dios por la fe, nos convertimos en miembros santificados del cuerpo de Cristo. ¿Recuerdas al ladrón en la cruz? Estaba a punto de morir sin oportunidad de santificarse diariamente. Sin embargo, Jesús le dijo: “… hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43). Ese hombre fue al cielo porque fue santificado inmediatamente.

La santificación nunca se logra mediante el esfuerzo humano. Si tu vida cristiana es una lucha constante hasta el punto de la frustración, entonces lo estás haciendo mal. Con esto quiero decir que si estás tratando de ser como Jesús en tu fuerza, tratando de ser mejor y hacerlo mejor, eso no es una obra del Señor. No importa cuánto sudes, solo terminarás agotado y amargamente decepcionado.

Es la presencia de Cristo en nosotros la que transforma nuestras vidas. Cuanto más nos rindamos obedientemente a la Palabra de Dios y nos rindamos al Espíritu, más se manifestará la vida de Jesús en nosotros, para Su gloria.

Pongámonos de acuerdo hoy: Señor, haz tu obra en nosotros y ayúdanos a no tocar lo que Tú deseas hacer. En el nombre de Jesús. Amén.

Esperando Su regreso,

– Pastor Jack

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