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Efesios 6:12

“Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales.”

Este versículo, a menudo malinterpretado, ha dado lugar a cierta confusión, pero sin causa. Cuando se estudia en su contexto -como debe hacerse con toda la Escritura- vemos un desafío asombroso dado por nuestro Señor, y es el siguiente: la profundidad de nuestra hambre y sed de justicia determina nuestro avance cristiano. El reino de los cielos se establece por medio de una guerra violenta en el reino espiritual. Los que se aferran a él son los que no se desprenden de esta realidad.

Permítanme recordarles que no estamos luchando contra carne y sangre, sino “contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Efesios 6:12) ¿Puede decirse de usted que está avanzando agresivamente en la guerra cristiana contra las tinieblas omnipresentes y engañosas que se apoderan de nuestro mundo? Si no es así, le reto a que luche en el Espíritu.

Lucha de rodillas, suplica al Señor de los ejércitos que haga retroceder la marea del mal. Defiendan voluntariamente y sin concesiones la justicia, cumpliendo así la misión de nuestro Dios. Así es como vencemos las fortalezas cautivas de nuestro adversario, el diablo.

Querido santo, en tu lucha contra las fuerzas de las tinieblas, puedes animarte: la Biblia declara que Jesucristo ya ha ganado la batalla definitiva contra el pecado y la muerte. Sin embargo, estamos llamados a seguir luchando. Debemos perseverar con determinación porque nuestro Comandante en Jefe nos lo ha encomendado. Y debemos luchar para ganar.

Esperando Su regreso,

– Pastor Jack

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