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Salmos 27:14

“Espera en el SEÑOR.

Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el SEÑOR!”

El esperar es una de las molestias de la vida moderna. ¿Por qué tengo que hacer fila? ¿Por qué tengo que esperar para sentarme? ¿Y por qué, en pleno siglo XXI, se me sigue pidiendo que espere? ¿Qué puede haber de bueno en esperar? Respuesta rápida: paciencia.

La paciencia no es algo natural. Casi parece que estemos preprogramados para la actividad y las respuestas instantáneas. Somos personas impacientes e impulsivas, pero la paciencia surge de la disciplina de la espera, una virtud que pocos hemos desarrollado. Una de las definiciones de esperar es confiar plenamente. Aprender a esperar pacientemente ejercita nuestra fe en que Dios cumplirá su perfecta voluntad cuándo y cómo Él quiera.

Esperar por algo que deseamos o necesitamos a menudo parece una pérdida de tiempo innecesaria, pero es todo lo contrario. Cuando espero en el Señor, Él puede, de una manera más oportuna, llevarme a la cosa que tanto anhelo.

Cuando la Biblia dice: “Espera en el Señor”, debes saber que es el momento de aprender la ruta mejor y más rápida hacia el destino deseado. Puedo hacerlo y lo haré mucho mejor si me disciplino a confiar en Su tiempo, porque Él nunca se demora en darnos nada bueno.

La próxima vez que oigas: “Espera”, “Ten paciencia” o “Habrá un pequeño retraso”, recuerda que es el momento de confiar en el Señor, seguro de que Él está fortaleciendo tu fe en el intervalo. Él conoce todos los detalles, exactamente lo que se necesita, y cuándo y cómo hacer que suceda.

Esperando Su regreso,

– Pastor Jack

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