Gálatas 5:13
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.”
Sin importar el linaje o la posición social, las personas anhelan la libertad. En cada corazón humano anhela la libertad, y las personas esclavizadas harán todo lo posible por conseguirla, incluso hasta el punto de derramar sangre. Sin embargo, la Biblia declara que solo hay una sangre humana que libera a la humanidad, liberándonos así de la esclavitud suprema: la del pecado y sus terribles consecuencias.
La preciosa sangre de Jesucristo nos dio la mayor libertad de todas: tenemos la libertad de vivir de una manera completamente nueva. La libertad cristiana nos presenta oportunidades y opciones cada día. En nuestra libertad, podemos alimentar nuestros apetitos carnales en detrimento de los demás o, por amor, elegir servirnos unos a otros. ¿Por qué elegir el camino del amor? Porque nuestro Salvador lo hizo.
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45).
Nuestro libertador abrió el camino. No nos dejó Cristo un ejemplo mayor que el de servirnos activa y prácticamente unos a otros en esta vida. Servimos a Dios porque lo amamos, pero Jesús nos mandó amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Eso significa que el amor a nuestro Salvador es la motivación suprema para amar a los demás. El amor es la expresión más grande de nuestra libertad que un alma puede conocer. Que cada uno de nosotros, en nuestra libertad comprada con sangre, elija servirnos los unos a los otros.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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