Juan 15:5
“Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.”
En nuestro mundo fracturado, el llamado a la unidad dentro de la Iglesia es cada vez más fuerte. Ese anhelo de cercanía ha sido la base de interminables discusiones, con escasos resultados. Pero la clave no está en nuestros esfuerzos. Está en Jesús.
Jesús aclara que todo fruto espiritual, incluida la unidad, depende de la palabra “en”, que significa reposar cerca de alguien o de algo. Por sí misma, esta pequeña palabra no tiene mérito, pero colócala entre las palabras “permanecer” y “Mí” y “Yo” y “él”, y nos conecta con la fuente de nuestro fruto.
He sido testigo de este principio en un campo de almendros en el norte de California. No escuché las ramas cargadas de fruta gimiendo y tensándose, simplemente permanecen, manteniéndose adheridas al árbol.
El deseo de unidad nos llama a permanecer.
MANTENTE CERCA DE CRISTO
Permanecer en Él significa orar fervientemente pero esperando la respuesta del Señor. Significa pensar profunda y críticamente sobre su lectura de la Biblia y traducirla en acción real. Permanecer en Él y Él en ti, produce el fruto que da vitalidad y plenitud a las congregaciones.
MANTENTE CERCA DE LA PALABRA
La verdadera unidad de mente y propósito encuentra su fuente en la sana doctrina bíblica. Siempre que veas que la Palabra de Dios es reemplazada por enseñanzas falsas, filosofías vanas o preferencias carnales, puedes estar seguro de que reinará la división y la discordia. No puedes vivir conectado a Cristo – el Logos, la Palabra de Dios (Juan 1:1) – sin Su verdad unificadora.
Creyente, ¿deseas la unidad? Recuerda: permanece en Él y el fruto vendrá.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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