Jonás 1:6
“—¿Qué te pasa dormilón? ¡Levántate! ”
Algunos ven en Jonás una historia propia de la Escuela Dominical, pero creo que los adultos se sorprenderán de lo mucho que pueden identificarse con él. Jonás era un hombre con un dilema: obedecer a Dios o seguir su razonamiento.
Dios llamó a Jonás para que predicara a gente conocida por sus prácticas perversas, pero Jonás no estaba de acuerdo con el plan de Dios. Podía haber utilizado a otra persona, pero Él quería a Jonás. ¿Y tú? ¿Te has resistido al llamado de Dios para compartir el evangelio porque juzgaste a alguien más allá de Su misericordia y gracia?
¿Eres un Jonás moderno?
Jonás se metió en las entrañas de un barco y se quedó dormido, sin duda ayudado por el suave batir del mar contra el casco. Pero, cuando Dios te llama a una tarea, no hay lugar para huir, ni para esconderse, ni tiempo para dormir.
Dios trajo una tormenta infernal que puso al barco al borde del desastre. “El capitán del barco se acercó a Jonás y le dijo: —¿Qué te pasa dormilón? ¡Levántate e invoca a tu Dios! Quizás Él se fije en nosotros y no perezcamos”. (Jonás 1:6) Mientras las almas de los que iban a bordo rozaban la eternidad, Jonás estaba oculto en las tinieblas, dormido en su consuelo.
Nuestro Dios es igual de misericordioso en su persistente búsqueda tanto del pecador como del santo, especialmente cuando la eternidad está en juego. Hagamos como William Booth, del Ejército de Salvación: “Ve directo por las almas y ve por lo peor”.
Señor, no permitas que nos durmamos en una hora crítica o que nos embarquemos en un viaje distinto del que Tú has ordenado.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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