Génesis 13:17
“¡Levántate, anda a lo largo y a lo ancho de la tierra, porque a ti te la daré!”
Nota aquí que las instrucciones del SEÑOR a Abraham fueron que se levantara y caminara. Es como si Dios dijera: “Te lo he prometido, te lo he dado, ahora disfrútalo”. Pero el disfrute de Su promesa no se limitaba a esa parcela de tierra. La tierra era sólo una señal de cosas mejores por venir.
Tú y yo estamos viviendo ahora como Abraham vivió en aquel entonces. ¿Cómo es eso? Por la fe en esa misma promesa. Es cierto que Abraham vivía en la tierra, pero seguía esperando la promesa de algo mucho mejor: “la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios”. (Hebreos 11:10), y eso se llama Cielo.
Este mundo por el que estamos pasando actualmente puede que no sea el cielo, por así decirlo, sino un campo de pruebas para nosotros mientras caminamos en las promesas de Dios. Lee la historia de Abraham en el libro del Génesis y en Hebreos 11, y verás cómo aprendió que esto era cierto.
Si no puedes creer las promesas de Dios para hoy y mañana, ¿cómo puedes descansar en Él por la eternidad?
Dios promete la salvación a todos los que invoquen Su nombre (Romanos 10:13), y Él ha hecho todo lo necesario para que disfrutes de las increíbles vistas, sonidos y experiencias del Cielo. ¿No es razonable confiar en que este mismo Dios cumplirá fielmente Sus promesas para esta vida?
El CIELO es tu destino futuro, y su plenitud te fue garantizada en la cruz del Calvario. Ruego que esta realidad infunda en tu vida confianza para levantarte y caminar hoy.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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