1 Pedro 4:7
“El fin del mundo se acerca. Por consiguiente, sean serios y disciplinados en sus oraciones.“
La siniestra declaración de Pedro, “el fin de todas las cosas”, parece sacada de titulares recientes. Los acontecimientos globales actuales son señales de que el mundo, tal como lo conocemos, se acerca rápidamente a su fin predestinado. Estos tiempos difíciles empeorarán, pero el Señor no quiere que su pueblo espere el fin con los brazos cruzados, sino todo lo contrario.
Lo que parecen catástrofes inminentes son, en realidad, oportunidades espirituales para alcanzar a los perdidos. Si no comprendemos esta verdad, no veremos el potencial infinito de este tiempo único. Nos codeamos a diario con incrédulos, pero si pudiéramos ver el infierno agitándose bajo ellos, esperando con la boca abierta, aprovecharíamos el momento para Cristo. Una visión así nos infundiría un sentido de urgencia. Seríamos serios y vigilantes en nuestras oraciones.
Creyente, proponte dedicar momentos específicos a la oración privada intencional por los no salvos. Pero ten cuidado, no sea que caigas en la tentación de orar por los que hablan mucho, pero no esperan con ansias una respuesta. Ahora es el momento de pedirle a Dios una visión dinámica que derribe las puertas del infierno con el poder del evangelio. Escucha su dirección y ¡adelante!
Seamos jóvenes o mayores, nuestro tiempo para difundir el Evangelio es limitado. Que Dios nos dé a todos su corazón, su visión y su carga por el mundo.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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