Filipenses 4:12-13
“Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
RIQUEZA
Cuando el progreso, el honor y la riqueza llegan a un hombre, no pasará mucho tiempo hasta que se haga evidente para todos los que lo conocen quién es en realidad. He observado que la gente puede lidiar mejor con la pobreza que con la riqueza.
Una bendición de Dios, cuando se ve como una recompensa, a menudo se convertirá en algo olvidado, no apreciado, e incluso se alardea en la cara de los demás. Las posesiones que se buscan por satisfacción y significado pueden dar lugar a un corazón adúltero hacia Dios.
EN PRÉSTAMO
Con qué facilidad algunos se olvidan de quién bendice y solo se fijan en las bendiciones o ven lo que tienen como si fuera algo ganado y no regalado por nuestro Padre celestial. Cuanto mayor sea su posición o riqueza, mayor será la lucha contra la idolatría.
Los creyentes, sobre todo, deben saber que todo lo que tenemos es prestado de la buena mano de un gran Dios.
REVELA EL CORAZÓN
Alguien puede preguntar: “¿A caso los ricos, bellos, poderosos y sanos no están mejor en esta vida que yo, que avanzo a duras penas en la insignificancia, el dolor y la tristeza?”. Ciertamente, para nuestros débiles ojos y mentes finitas, pero Dios mira el corazón y el alma del hombre. Una mejor pregunta sería: “¿Es este hombre o mujer rico para con Dios, independientemente de su posición en la vida?”
Tenemos todos los motivos para ser las personas más agradecidas y alegres porque Dios es bueno con nosotros en medio de las dificultades que se nos presentan. Pero, ¿lo somos? ¿Lo eres tú? Si lo eres, entonces eres más rico que los más ricos; ¡eres bendecido!
EN SU PRESENCIA
¿Perteneces a Jesucristo? ¿Le has seguido solo para experimentar ola tras ola de problemas? ¿Está siendo sacudido por el miedo y la duda sobre cómo terminará? El mismo SEÑOR está contigo hoy.
Descansa solo en su poder y confía en Él para que te lleve al otro lado.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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