Salmos 144:1
“Bendito sea el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para la guerra, mis dedos para la batalla.”
Es fácil creer que la exclamación de alabanza de David pertenece solo a aquellos que están comprometidos en la milicia. ¡No es así! Todos los creyentes están en guerra con tres grandes enemigos: el diablo, el mundo y la carne. Luchamos contra Satanás, un adversario invisible pero poderoso, la influencia siempre presente del mundo y los deseos carnales que acechan profundamente en nuestros corazones.
¿Cómo es posible ofrecer alabanza cuando se enfrenta a conflictos constantes? David nos dio la clave: “…el SEÑOR, mi roca, que adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra.”
Sigue leyendo, y descubrirás que el Señor, tu Roca, es tu misericordia, fortaleza, torre fuerte, libertador, escudo, en quien me refugio. No puedes nombrar una lucha en la que Dios no sea cada una de estas cosas en tu vida. Tenemos todas las razones para bendecir al Señor.
La batalla en última instancia pertenece al Señor, pero mientras tanto, Él se preocupa por nuestro entrenamiento. Lee la Biblia con cuidado y en oración: Dios la usará para prepararte para la batalla. Él dirá cosas como, “Deja de hacer una cosa en particular o comienza a desarrollar cierta virtud.” Cada vez que pones la Palabra de Dios en acción, Él desarrolla las habilidades que necesitas para luchar.
¿Puedes mirar atrás a una gran prueba y ver cómo Dios te protegió y te sacó adelante? Alábale por ser “el Señor, mi Roca”. ¿Estás en medio de una tremenda batalla hoy? Bendice al Señor que adiestrará tus manos para la guerra.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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