Lamentaciones 3:22-23
“Por el gran amor del SEÑOR no hemos sido consumidos y su compasión jamás se agota.Cada mañana se renuevan sus bondades;¡muy grande es su fidelidad!”.
La promesa firme de Dios a su pueblo es tan conocida como poco aprovechada. Se cita con frecuencia, pero no siempre se deja que impregne nuestros pensamientos. La declaración del profeta Jeremías no fue el resultado de una experiencia única, sino de su conciencia personal de toda una vida de cuidados del Señor. Del mismo modo, tu vida no consiste en una sola misericordia o un solo acto de compasión, ¡sino en multitud!
La promesa de muchas misericordias y compasiones nos indica que nuestro Dios no es tacaño en sus bendiciones.
Un nuevo lote nos espera cada día.
Sé que algunos días no se desarrollan de la manera que habías previsto, pero puedes descansar en este hecho inmutable: esos días tienen un punto final. El sol se pondrá sobre lo que te haya sucedido y volverá a salir en un nuevo día lleno de misericordias reservadas para ti.
El Salmo 92:2 nos dice que declaremos la misericordia del Señor por la mañana y su fidelidad cada noche.
Medita en Su misericordia al levantarte – solo despertarte ya es un recordatorio suficiente de Su misericordioso cuidado- y en Su gracia y Su amorosa bondad a lo largo del día. Haz eso, y te prometo que tendrás una perspectiva llena de Dios que se regocija en Su fidelidad cuando tu cabeza toca la almohada por la noche. Comienza mañana con la plena seguridad de las nuevas misericordias y compasiones del Señor, y gritarás, junto con Jeremías: “¡Grande es TU fidelidad!”.
Esperando Su regreso,- Pastor Jack
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