UNO DE LOS GRANDES MISTERIOS DE LA BIBLIA
La Trinidad es uno de los grandes misterios de la Biblia que no puede ser comprendido por la mente finita. Sin embargo, si Dios fuera lo suficientemente pequeño como para entenderlo, no sería lo suficientemente grande como para adorarlo. La Biblia nos dice que los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, ni sus caminos son nuestros caminos (Isaías 55:8-9). Aunque nunca entenderemos completamente la doctrina de la Trinidad, no hay duda razonable de que se enseña claramente en la Biblia.
EL PADRE ES DIOS
La Biblia enseña que Dios es omnisciente (Job 37:16; Romanos 11:33), omnipotente (Génesis 1:1-3; Job 42:2), omnipresente (Salmo 139:7-12), eterno (Éxodo 3:4; Apocalipsis 1:8), inmutable (Malaquías 3: 6; Santiago 1:17), santo (Isaías 57:15; 1 Pedro 1:15-16), justo y recto (Salmo 116:5), misericordioso y clemente (Salmo 103:8), y capaz de perdonar el pecado (Éxodo 34:6-7; Marcos 2:7). La Biblia atribuye estas características solo a Dios.
EL HIJO, JESUCRISTO, ES DIOS
La Biblia atribuye los mismos atributos de Dios a Su Hijo, Jesucristo (Mateo 1:21-23; 28:18; Lucas 5:20-24; Juan 1:1,14; 8:58; 16:30, 17:5; Hebreos 13:8). Jesucristo es adorado (Mateo 14:31-33; 28:8; Hebreos 1:6); es llamado Dios (Isaías 9:6; Mateo 1:21-23; Juan 1:1,14; 20:28), y puede perdonar los pecados (Lucas 5:20-24; Juan 10:30-33). Estos atributos se atribuyen solo a Dios.
EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS
Las actividades y características de Dios se atribuyen al Espíritu Santo (Salmo 139:7-10; Lucas 1:35; 11:13; Juan 14:26; Hebreos 9:14). El Espíritu Santo es una persona (Juan 16:13-15; Romanos 8:27; 1 Corintios 2:10-13; 12:11), es Creador (Génesis 1:2; Job 33:4) y se le llama Dios (Hechos 5:1-11).
UNA CONCLUSIÓN RACIONAL Y BÍBLICA
Por las razones anteriores y otras más, no nos queda otra conclusión racional y bíblica que creer que Dios el Padre, Dios el Hijo (Jesucristo) y Dios el Espíritu Santo existen como una Santa Trinidad: el único Dios de la Biblia. No hay duda de la existencia de la Trinidad, la única duda es la de la convicción. Deberíamos querer conocer a Dios, no como creemos que debería ser, sino simplemente como la Biblia lo revela.