Jeremías 31:3
“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.”
Al igual que Jeremías, también podemos decir: “El Señor se me apareció hace mucho tiempo.” Si miras hacia atrás en los años de tu vida, verás que Dios estuvo contigo todo el tiempo. Quizás caminaste en ignorancia de Su amor, sin entender las maneras en que te protegió de problemas aún peores de los que experimentaste. Pero Él estaba allí.
Tu corazón puede preguntar: “Señor, ¿dónde estabas?” “Señor, ¿de verdad me amas?” Y Él te responde hoy diciendo: “Sí, te he amado con amor eterno; por eso, te prolongué mi misericordia.”
En uno de los versículos más conmovedores de la Biblia, la declaración de Jeremías nos revela el mismo corazón de Dios. Decir que el amor de Dios es eterno es afirmar que Él, quien habita fuera del tiempo y el espacio, te ha amado y continuará amándote por toda la eternidad. Su amor es la forma más pura y elevada de devoción.
Ha llegado la hora de que mires por encima del muro del pasado y contemples el plan eterno de Dios para ti. Él te ha estado preparando para este momento. Lo que otros habían planeado en tu contra para hacerte daño, Dios lo ha transformado para bien. Te amó tanto entonces como te ama ahora. Medita en esta verdad. Deja que tu pasado se pierda junto con el viejo mundo en el que una vez viviste. Mira hacia tu futuro bendecido, sabiendo que descansas en el amor eterno de Dios.
Esperando Su regreso,
– Pastor Jack
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